“De donde yo vengo” por Elizabeth Brewster“De donde yo vengo” por Elizabeth Brewster

Traducción y adaptación de María Fernanda Rodríguez.

Elizabeth Brewster (1922-2012) Poeta y escritora. Su trabajo construye uno de los mayores aportes a la poesía canadiense.

Publicó más de veinte libros en su mayoría poemarios y recibió numerosos premios por su trabajo literario, lo que la convirtió en parte muy importante de la literatura canadiense. Fue una de las pocas poetas modernistas publicadas en revistas literarias en 1940, además de haber sido una de las fundadoras de “The Fiddlehead”, una de las revistas canadienses con mayor trayectoria. Recibió el premio “Lifetime Achievement Award for Excellence in the Arts” y además fue incluida en la orden de Canadá que honra a las personas que han realizado una colaboración extraordinaria a la nación.

Con su escritura sencilla y certera, Elizabeth Brewster, buscaba entenderse mejor a sí misma, al mundo y a los que la rodeaban. Su trabajo muestra preocupación por los lugares y por las tradiciones como lo expone en su icónico poema “Where I come from” cuya traducción al español “De donde yo vengo” la comparto aquí.

 

 

De donde yo vengo.

 

 

La gente está hecha de lugares. A todas partes llevan,

retazos de montañas, selvas, bellezas tropicales,

o la mirada tranquila de los que observan el mar.

 

La atmósfera de las ciudades,

qué diferente se destila en ellas, como el olor de la contaminación 

o la casi falta de fragancia de los tulipanes en primavera,

la naturaleza impecable, trazada en pequeños cuadros perfectos

y en el centro un manantial; y el olor del museo,

el arte también impecable, ordenado como siguiendo un manual;

o el olor del trabajo, fábricas de pegamento quizá,

oficinas dentro de pequeños cubículos; el olor  a transporte público

lleno de gente en las horas pico.

 

De donde yo vengo, la gente

lleva la madera grabada en sus mentes,

hectáreas de bosques de pinos;

brotes de arándanos sobre los arbustos secos,

granjas de madera, viejas y despintadas

con patios donde los pollos y las gallinas corren en círculos,

cacareando sin sentido; las violetas crecen

detrás de las escuelas, viejas y maltratadas.

 

El invierno y la primavera

son las estaciones que gobiernan la mente: el hielo y el deshielo.

Una puerta en la mente se abre con el viento y esos vientos

soplan la escarcha helada de los campos de nieve.